NO HAY NADA MÁS SEXY QUE ALGUIEN LEYENDO.
miércoles, 18 de febrero de 2015
lunes, 19 de enero de 2015
LA
REVOLUCIÓN VERDE, CARIDAD O IMPERIALISMO.
La selección de semillas
comenzó hace miles de años, selección para obtener un crecimiento más rápido,
semillas más grandes o frutos con mayor sabor.
A Mendel, el padre de la genética, lo podemos
considerar un fitomejorador. Sus conocimientos fueron aplicados a las técnicas
de autopolinización y a la polinización de las plantas, mejorando las especies,
mediante la selección genética.
Sin embargo, lo que hoy
conocemos como Revolución Verde (Aplicación de la Ingeniería genética en la
agricultura y en la ganadería) será impulsada por Norman Borlaug desde la
fundación Rockefeller (Años 1940-1970). La esencia de la Revolución Verde son
las variedades de altos rendimientos, las semillas VAR, para N. Borlaug era una
forma de aumentar la producción, permitiendo a los países del Tercer Mundo
alcanzar la autosuficiencia en la producción agrícola.
El primer país que utiliza
en sus explotaciones semillas VAR es México, semillas de trigo que mostraron
una adaptación a cualquier tipo de clima, altitud y época de siembra con unos
resultados excepcionales. Todo ello abrió un futuro al abastecimiento mundial
de alimentos y materias primas.
Entonces, ¿cuál es el
problema real de los cultivos transgénicos?. Las investigaciones actuales son
insuficientes y los datos que encontramos son muy contradictorios. Sin embargo,
en líneas generales estas variedades de semillas a largo plazo necesitan mayor
cantidad de fertilizantes y plaguicidas, lo que modifica considerablemente la
flora y la fauna.
Las modificaciones genéticas,
tanto en plantas como en animales, causan problemas en la salud: aumentan los
tóxicos como el caulimovirus en los organismos, las alergias y nos hacen
resistentes a los antibióticos.
No me considero una
ecologista acérrima, pero si una persona preocupada por el medio ambiente y por
el legado natural que dejaremos a nuestros hijos. Si usted visita las Web de
Greenpeace, en ella aparece un listado de productos y marcas que utilizan
alimentos transgénicos, observará que en su mayoría son productos consumidos
por nuestros hijos y no por nosotros. ¡Y no tenemos claras las consecuencias de
estos productos!
A todo ello hay que añadir
que los productos transgénicos necesitan grandes capitales para su producción,
inversión que no pueden realizar los pequeños productores de países
subdesarrollados. Estos cultivos quedan en manos de multinacionales que actúan
en E.E.U.U., América del Sur y China. Multinacionales que abogan por una
globalización de la economía, generando un abuso del monocultivo y una pérdida
de la biodiversidad.
Todo ello nos lleva a pensar
si es positiva esa globalización económica no sólo desde el punto de vista
medioambiental, sino también desde el punto de vista económico. ¿No supone una
pérdida de soberanía económica, generando una nueva forma de imperialismo dirigido
por las multinacionales?
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